El anticonceptivo subdérmico, también conocido como implante subcutáneo, es un dispositivo contraceptivo de alta efectividad. Se trata de una varilla pequeña y flexible que se coloca bajo la piel del brazo y libera una hormona derivada de la progesterona que evita la ovulación.
El proceso de implantación realizado por el médico es sumamente sencillo e indoloro y no requiere de cuidados especiales, a excepción de evitar mojar la zona durante un día. Su efecto comienza a partir de las 24 horas de ser implantado y se mantiene durante tres o cinco años, según el caso. Cualquier mujer sana en edad reproductiva puede utilizarlo. Entre sus principales ventajas se cuentan las siguientes:
- Presenta una eficacia cercana al 99%
- Brinda un efecto continuo y a largo plazo
- Es una excelente alternativa en los casos en los que los estrógenos están contraindicados
- Regulariza los ciclos menstruales y los hace indoloros
- Previene la aparición de anemia
- Permite el retorno de la fertilidad pocos días después de ser retirado
- Es una opción altamente indicada durante el período de lactancia
Las contraindicaciones del anticonceptivo subdérmico se relacionan con padecimientos tales como cáncer de mamas, reacción alérgica a los medicamentos que contiene, sangrados uterinos no diagnosticados y afecciones graves al hígado.
Puede, a su vez, generar ciertos efectos secundarios como náuseas y aumento de peso, aunque estas consecuencias no son experimentadas por todas las mujeres que utilizan este método y tienden a desaparecer con el paso del tiempo. Si bien el coste inicial del implante es elevado, debe recordarse que su protección se mantiene por años, por lo que la inversión es igual o menor que la de otras alternativas anticonceptivas.
Valeria Rubio
Sexóloga con más de una década de experiencia con un enfoque empático y accesible. Combina su formación académica con una pasión genuina por ayudar a las mujeres a explorar y entender su sexualidad de manera saludable y positiva.