El dispositivo intratubarico o esterilización tubárica Essure es una novedad en el mercado de los anticonceptivos que permite la esterilización femenina de forma permanente, suponiendo una alternativa a la ligadura de trompas. Este mecanismo funciona a partir de su introducción en las trompas de falopio con el fin de crear una obstrucción de forma continua.

La entrada de este anticonceptivo en las trompas genera que se forme una barrera con el tejido interior que impedirá el paso de los espermatozoides, no pudiendo encontrarse con los óvulos, ni estar en contacto con ellos gracias a la defensa natural del dispositivo. La colocación se produce normalmente entre los días siete y catorce del ciclo menstrual femenino.

El dispositivo está fabricado con un poliéster en forma de muelle, cuyo tamaño no supera los 4 centímetros de largo. Debido a su diseño, no es preciso realizar ningún corte en las trompas, ni en el interior del útero para ser colocado.

Para saber cómo se coloca, lo primero es saber que el ginecólogo es el que se encargará enteramente de la tarea de colocación. No debe suponer dolor para la persona que lo realice, sin embargo se suele aplicar anestesia local. El procedimiento consiste en que el ginecólogo, con ayuda del histeroscopio, alcance a ver la cavidad del útero para introducir el dispositivo asociado a cada una de las trompas de falopio. Es un sistema similar al empleado en otros procedimientos médicos, como el tratamiento de hernias.

El precio medio de colocación de este anticonceptivo varía dependiendo de la clínica, pero puede rondar entre los 600 y 900 €, un precio inferior que lo que suele costar una ligadura de trompas.

Entre las ventajas del dispositivo se encuentra su efectividad, pues es superior al 99%, prácticamente una eficacia completa. Además, se trata de un anticonceptivo permanente con lo que se evitan los riesgos de embarazo y los efectos secundarios derivados de los tratamientos hormonales. No es necesario que se anestesie completamente al paciente, por lo que es un sistema menos peligroso y no deja cicatriz ni marca de ningún estilo.

Entre las desventajas, hay que destacar que es una intervención que una vez realizada no se puede volver a atrás, por lo que la paciente tiene que tener muy claro que no desea tener hijos. Además, no protege frente a las enfermedades de transmisión sexual y al principio se pueden producir cambios en el ciclo menstrual femenino.

Valeria Rubio

Sexóloga con más de una década de experiencia con un enfoque empático y accesible. Combina su formación académica con una pasión genuina por ayudar a las mujeres a explorar y entender su sexualidad de manera saludable y positiva.

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