La infección de VIH, cuyo culpable es el virus de la inmunodeficiencia humana, acaba poco a poco con el sistema inmunitario, por lo que al cuerpo empieza a hacérsele complicado el combate contra las infecciones. Como seguro que ya sabes, este virus se contagia a través del contacto sexual, la sangre y de madres a hijos (las mujeres embarazadas pueden trasmitirlo mediante la circulación sanguínea al feto y las mamás lactantes mediante la leche materna). Al contrario de lo que mucha gente piensa, no vas a contagiarte por abrazar a una persona que tenga el virus, tocar cosas que haya tocado esta persona, que te pique un mosquito…

En cuanto a los primeros síntomas (que es por lo que has llegado hasta este post), cabe decir que en principio puedes no notar ningún síntoma. Y cuando decimos en principio, queremos decir que a lo mejor en un periodo de 10 años puedes no sentir nada, pero sí transmitirle el virus a otra persona. Imagínate que has tenido algún tipo de contacto de riesgo, ahora te toca esperar por lo menos 3 meses para poder hacerte las pruebas y ver si te infectaste o no.

Hay que destacar que la mayor parte de los síntomas que se relacionan con el VIH se deben en realidad a infecciones distintas, aunque los síntomas del VIH (cuando aparecen) son los siguientes:

  • Fatiga
  • Fiebre
  • Diarrea
  • Dolor de cabeza
  • Rigidez o dolor muscular
  • Úlceras bocales
  • Dolor de garganta
  • Erupciones cutáneas
  • Inflamación de los ganglios linfáticos

Recuerda que estos síntomas ni siquiera tienen por qué tener lugar.
Una vez te hagan las pruebas, si te han salido positivas, no te preocupes, ya que a día de hoy el tratamiento si se pilla a tiempo es menos latoso de lo que te imaginas. Para dártelo o no tendrán en cuenta tu recuento de CD4 y este tratamiento consistirá en una combinación de antivirales. Debes comprometerte a seguirlo con rigor para que el virus no se haga resistente a los medicamentos y te acabes viendo con SIDA. Piensa que las personas que han sido infectadas con VIH si no toman el medicamento acabarán desarrollando SIDA y esta enfermedad ya es otra historia completamente diferente.

Valeria Rubio

Sexóloga con más de una década de experiencia con un enfoque empático y accesible. Combina su formación académica con una pasión genuina por ayudar a las mujeres a explorar y entender su sexualidad de manera saludable y positiva.

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