Las verrugas anales: síntomas y tratamiento

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Las verrugas genitales se presentan como pequeñas masas que se ubican en la piel y en las mucosas genitales. Pueden aparecer tanto en mujeres como en hombres en la vagina o el pene, la vulva, la base del cuello uterino, la uretra y hasta en el ano (dentro y fuera) y su medio de transmisión es mediante el contacto sexual.

El virus VPH (virus del papiloma humano) es el causante de ésta y otras 70 enfermedades más y en casos extremos este virus puede reconvertirse a células cancerosas. Lo más peligroso es que la infección de VPH en la mayoría de los casos no presenta síntomas visibles.

Cuando las verrugas son anales, tanto internas como externas, puede existir prurito, exceso de humedad y hasta sangrado. Se debe recurrir de inmediato a la consulta de un profesional. El médico usará una técnica llamada colposcopia que es una extracción de muestras de las zonas infectadas al mismo tiempo que con un apoyo lumínico especial y un microscopio se examinan los tejidos.

No es aconsejable auto-medicarse, ya que el VPH es un virus muy peligroso que debe tratar de ser erradicado del organismo por métodos específicos que el doctor le explicará. El virus es altamente adaptable y con gran capacidad de mutar, por lo que deberá ser el médico el que decida cuál es el mecanismo más adecuado en cada caso.

Las opciones de tratamiento son las siguientes: puede que el médico le suministre un medicamento en el consultorio o se lo recete para que se lo aplique usted mismo. En cuanto a la eliminación de las verrugas, existen varios métodos posibles: la criocirugía (extirpación previo congelamiento de la verruga), láser, electrocauterización o cirugía menor.

Si se le detecta a una persona verrugas genitales, sus compañeros sexuales deben ser avisados para que procedan a hacerse la revisión correspondiente. Una vez culminado el tratamiento se aconsejan reconocimientos periódicos para comprobar que no haya reincidencia del VPH.

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