El anillo anticonceptivo, también conocido como aro vaginal, es un método hormonal para evitar el embarazo similar a la píldora anticonceptiva. Colocado dentro de la vagina durante 3 semanas, este aro de 5 centímetros libera 2 hormonas sexuales femeninas que impiden la ovulación. La ventaja del anillo respecto a la píldora es que sólo hay que pensar en él dos veces al mes, al ponerlo y al retirarlo, convirtiéndose en un método anticonceptivo seguro y extremadamente práctico.
Colocarlo en su sitio es sencillo, pero como se trata de una zona delicada vamos a repasar algunos consejos para asegurarnos que lo hacemos correctamente. En primer lugar hay que elegir una posición cómoda: de pie con una pierna levantada, apoyada por ejemplo en la bañera o el w.c., en cuclillas, haciendo una ligera sentadilla… Para hacerse una idea, en una postura similar a la que escogeríamos para ponernos un tampón.
Con las manos limpias, sujetaremos el aro con los dedos índice y pulgar, presionado los extremos opuestos hasta conseguir aplanarlo. Una vez plano, se desliza el anillo al interior de la vagina. Es fundamental que el anillo no se note, si es así, hay que empujarlo un poco más hacia el interior. El anillo se debe colocar el primer día de la menstruación, y para garantizar su máxima eficacia se debe quitar justo al cabo de 3 semanas, exactamente a la misma hora en que fue colocado.
Para retirarlo hay que engancharlo con un dedo y estirarlo suavemente hacia el exterior: no es complicado, pero si no conseguimos hacerlo solas, hay que acudir al médico. Bajo ningún concepto hay que dejar el aro vaginal dentro durante más de 3 semanas.
El anillo vaginal es uno de los métodos anticonceptivos más utilizados por las mujeres españolas, y tiene una eficacia del 99,7%.
Valeria Rubio
Sexóloga con más de una década de experiencia con un enfoque empático y accesible. Combina su formación académica con una pasión genuina por ayudar a las mujeres a explorar y entender su sexualidad de manera saludable y positiva.