La hepatitis B es una infección que produce irritación e inflamación del hígado. Como seguro que ya sabes, la causa de esta infección es el virus de la hepatitis B (VHB) y el contagio de esta enfermedad tiene lugar a través del contacto tanto con la sangre como con otros fluidos corporales. Por lo tanto, presta atención a tus relaciones sexuales y a las agujas en todos los aspectos: transfusiones, tatuajes, acupuntura… Y no solo eso, sino también con cualquier objeto cortante o punzante: maquinillas de afeitar, cuchillas, cortauñas… U objetos personales, como el cepillo de dientes.
Teniendo en cuenta que el contagio tiene lugar mediante el contacto con la sangre o los fluidos, también puedes infectarte al mantener relaciones sexuales con una pareja que tenga el virus, así como con cualquier tipo de contacto con la sangre (como, por ejemplo, las personas que trabajan en el ámbito de la salud) e, incluso, si estuviste sometido a una diálisis renal durante mucho tiempo o si tu madre tenía el virus en el momento de tu nacimiento.
En cuanto a los síntomas, cabe decir que a veces esta enfermedad no presenta ningún síntoma. Otras veces la persona se siente mal durante días o semanas y, solo en el peor de los casos, la persona enferma con muchísima rapidez. Esta última es la hepatitis fulminante. En caso de que sí presentes síntomas, estos suelen tener lugar 6 meses después de la infección e incluyen: fatiga, inapetencia, dolores musculares y articulares, febrícula, náuseas y vómitos, piel amarilla y orina turbia.
Pero tampoco te preocupes en exceso, ya que muchas veces el propio cuerpo combate la infección. De hecho, muchas veces ni siquiera se sigue tratamiento, a menos que la hepatitis sea muy grave. Con reposo, ingesta de líquido y alimentos saludables suele ser suficiente. Aunque, por supuesto el médico te hará una serología, una serie de exámenes de sangre conocidos como ‘pruebas analíticas para la hepatitis viral’, para diagnosticar la enfermedad y comprobar su avance.
Si quieres que tus pequeños no sufran esta enfermedad, recuerda que la vacuna contra la hepatitis B suele administrarse al nacer y que luego se deben completar tres dosis a los 6 meses. Aunque también puede recibirse más tarde, como en el caso de aquellos niños que no la hayan recibido a esa edad y tengan menos de 19 meses, pues estos recibirán una dosis de recuperación, así como los trabajadores de la salud aquellas personas que conviven con alguien que padece la enfermedad.
¿Has padecido alguna vez esta infección? ¿Qué remedios y métodos de prevención conoces?
Valeria Rubio
Sexóloga con más de una década de experiencia con un enfoque empático y accesible. Combina su formación académica con una pasión genuina por ayudar a las mujeres a explorar y entender su sexualidad de manera saludable y positiva.